El rincón violeta

Una vez más

Hoy se ha conocido la noticia de que una mujer se ha ahorcado tras vivir la angustiosa situación de que un antiguo vídeo sexual suyo fuera difundido entre sus compañeros de trabajo.

 

A raíz de tan terrible noticia, muchos comentarios, pero uno de ellos ha provocado en mí el hastío del déjà vu sin fin. Escucho a Francisco Rivera y me parece escuchar de nuevo miles de frases en boca de miles de hombres hablando de miles de situaciones. 

 

Resuena en mi cabeza una vez más el paternalismo del «no lo hagas». El «ten cuidado». El «no seas tonta».

 

 

Me parece escuchar una vez más el «se lo buscó». El «quién la manda». El «¿y qué pensaba que iba a ocurrir?».

 

Una vez más el «no confíes». «Estás en peligro». «Protégete».

 

Una vez más el «no salgas así a la calle». El «tápate». El «vas provocando». «No te emborraches». «No vuelvas sola a casa».

 

Una vez más el «¿cerraste bien las piernas?», el «¿llevabas falda?», el «¿por qué se fue con él/ellos?».

 

Una vez más el «se lo tiene merecido». El «algo andaría buscando». El «hay que ser ingenua».

 

Una vez más queda claro el mensaje: «Cambiad vosotras, que nosotros no vamos a hacerlo. Somos como somos. Continuaremos siéndolo. Ateneos a las consecuencias si actuáis sin tenerlo en cuenta«.

 

Lo cierto es que, una vez más, otra mujer ha muerto.

 

Una vez más otra muerta más por ser mujer en un mundo en el que las reglas del juego no están hechas para que nosotras seamos libres.

 

Una vez más. Y desgraciadamente no será la última.

 

4 Comments

  • Lachicaimantadadezapatosrojos

    Más claro, no se puede decir
    Más sencillo, no se puede escribir
    Más inteligible, no se puede entender.
    Lastima que nada cambie ni nadie- man.
    Como los monos del wassap???

  • Carmen Lerenda

    Una verdadera lástima, que precisamente quienes más han de cambiar en sus actitudes, no hablen el idioma universal de la igualdad. ¡Gracias por tu comentario!

  • Rebeca

    La misma impotencia de siempre. La misma rabia acumulada en la mandíbula. La misma lágrima a punto de asomarse… y aún asi, las mismas ganas de seguir en lucha

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