Ojalá te llegue la paz que yo ahora tengo la fortuna de sentir.
Ojalá sepas algún día lo que es librarte de los deberías, aceptar tus deseos, concedértelos y quitarte todas las espinas.
No pensar en euros, en horas, en kilos ni en kilómetros,
sólo en la intensidad de lo que aprecian tus sentidos.
Fluir y confiar.
Ojalá vivas la profundidad de un silencio
y el placer de compartirlo.
La soledad sin sentimiento de culpa.
La tranquilidad de haber vivido todo lo querido.
Ojalá desees para ti lo mismo que yo te deseo.