No te echo de menos. A ti no, pero echo de menos lo que me hacías sentir. Los besos furtivos que tan bien cazabas. Mis gritos ahogados por la palma de tu mano, porque nos iban a oír. Los encuentros casualmente buscados. Los disimulos, tan sobreactuados. Ojalá volver a ver tus ojos con aquella expresión de sorpresa cuando…
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Palmeras
No sé por qué he terminado viviendo en una ciudad sin palmeras. Su menuda figura se acercó al tronco y alzó la vista para mirar las pesadas hojas. Como si fuera la primera vez que viera una, acercó su mano y tocó el tronco. Sí alguien sólo reparara en su cara, diría que estaba tocando terciopelo. – ¡Venga ya! Ni…