Reflexiones

No pienso fingir

No pienso fingir más veces ser la chica que todos quieren, quedarme en esa simpatía de las primeras impresiones que tan bien manejo, habilidad natural para captar lo que el otro desea y proporcionárselo: amante, cómplice, madre, amiga, intelectual o despreocupada…

 

 

Una y mil he sido capaz de ser con tal de agradar al de enfrente /encima / detrás, pero no, ya no quiero actuar como protagonista de de una vida que no es la mía, ni agotarme por fingir sonrisas que sé que son más atrayentes que la seriedad de una mirada perdida, ya no voy a mostrar la-más-absoluta-de-las-admiraciones cuando me habléis de hobbies aburridísimos o filosofías de vida que en nada casan con la mía.

 

Podría decir que esto es porque he llegado a la madurez necesaria para comprender que sólo quiero a mi lado a quienes me quieren tal y como soy, pero no; admito que lo que ocurre realmente es que he comprobado que esta estrategia tampoco me es válida en mi intento de manteneros a mi lado, de gustaros, de atraeros, porque las personas sencillas somos malas actrices, y como tales nos salimos del guión en cuánto nos relajamos, y ahí debéis ver vosotros la incongruencia de mi ser (cómo si sólo tuviera una…) y os alejáis.

 

Hubo un tiempo en que me quejé de no encontrar un hombre que mantuviera para mí su brillo, ahora es que cualquier baratija me deslumbra, y esos destellos son artificiales.

 

Recuperemos la magia.

 

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