Nos han tenido engañadas todo este tiempo. Nos han vendido que la felicidad es el final de un camino unidireccional, y que la manera de alcanzarla es la misma para todas. Se han olvidado de contarnos que hay felicidad en un viaje con amigas, en bailar a brincos o en comerse un helado.
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Pequeños milagros que me hacen sentir viva
Las sorpresas. Recuperar una (la) pasión. Los regalos no materiales. Tener los pies descalzos en el suelo: con briznas de hierba entre los dedos, o jugueteando con la arena de la playa. Comprar un billete de avión. Un abrazo de los que hacen que se te salten las lágrimas y no te importe que éstas sigan ahí cuando…
