• Ficciones

    Palmeras

    No sé por qué he terminado viviendo en una ciudad sin palmeras. Su menuda figura se acercó al tronco y alzó la vista para mirar las pesadas hojas. Como si fuera la primera vez que viera una, acercó su mano y tocó el tronco.  Sí alguien sólo reparara en su cara, diría que estaba tocando terciopelo. – ¡Venga ya! Ni…